Está ampliamente extendido que la caseína de la leche tiene un mayor efecto saciante que los hidratos de carbono. En un estudio llamado “Skim milk compared with a fruit drink acutely reduces appetite and energy intake in overweight men and women” (Dove et al.), investigaron el efecto saciante de la leche y del zumo de frutas.
El estudio fue elaborado aleatoriamente de forma cruzada, sin grupo de control placebo por motivos obvios. 34 participantes con sobrepeso (21 mujeres y 13 hombres) se presentaron para dos sesiones, con una semana de intervalo. Con un desayuno energéticamente preestablecido, a un grupo se le administró leche desnatada (600 ml) y al otro grupo se le administró zumo de frutas (600 ml). El total calórico del zumo de frutas y la leche desnatada era equivalente.
Por un lado se les administró un cuestionario de sensación de saciedad, que iban rellenando durante las 4 horas posteriores al desayuno. El grupo que tomó leche, reportó mayores valores de saciedad que el grupo de zumo, y la diferencia entre grupos se iba incrementando a medida que avanzaba el tiempo. 4 horas después del desayuno, los pacientes almorzaron ad libitum (a placer), mientras los investigadores calculaban el total de la ingesta calórica. El grupo que desayunó leche desnatada ingirió de media 2432kj, mientras que el grupo de zumo ingirió de media 2658kj.
La leche desnatada puede hacer que comas menos y que tengas una menor sensación de hambre durante el día. Además otras investigaciones sugieren que el calcio de la leche hace que se excrete una buena parte de la grasa ingerida sin digerir.
La leche es LA LECHE!!!