Consumir más de un bote de refresco light a la semana se asocia con mayor riesgo de mortalidad, asociación que no encontraron con los refrescos azucarados, ajustados factores de confusión como diabetes e IMC entre otros (Paganini-Hill 2007). Los refrescos light se asocian además con mayor incidencia de hipertensión (Winkelmayer 2005) y diabetes (Schulze 2004) . Las enfermeras del estudio Nurses Health Study que consumían más de 2 refrescos light al día presentablan una incidencia doble de fallo renal (Lin 2011). Conclusiones preeliminares de la Conferencia de American Stroke Association 2011 todavía no publicadas, han encontrado mayor riesgo de infarto entre los consumidores de edulcorantes que entre los consumidores de refrescos con azúcar. El estudio Framingham Osteoporosis Study encontró una pobre mineralización ósea entre los consumidores de refrescos light y azucarados en mujeres (Tucker 2006). Lussi 2008 encuentra mayor erosión dental entre los consumidores de estos refrescos. Nettleton 2009 en el Multi-Ethnic Study of Atherosclerosis encontró que la gente que consume al menos un refresco light al día presenta un riesgo un 67% mayor de padecer diabetes, ajustado demográficamente y ponderada la ingesta calórica diaria. Encontró también mayor perímetro abdominal y mayores niveles de glucosa en sangre.
La epidemiología es francamente contundente, especialmente si la contextualizamos convenientemente. El consumo de edulcorantes no para de aumentar exponencialmente: un 50% desde 1995 hasta 2005. Se ha disminuído el colesterol, la hipertensión, toda la población de riesgo ha sido redirigida hacia una dieta sin azúcar, baja en grasa, sin colesterol, está polimedicada con estatinas, antihipertensivos, y fármacos “cardioprotectores†de todas clases. Y sin embargo, las enfermedades cardíacas no paran de aumentar.
Fowler 2008 (San Antonio Heart Study) encontró en 3682 adultos que beber un refresco al dia, incrementa en un 30% las probabilidades de ser obeso, pero lo realmente sorprendente es que si el refresco era light, la probabilidad de padecer sobrepeso y obesidad casi se duplicaba, hasta el 54% en el caso de beber entre 1 y 2 refrescos light diarios. Lo mismo documentó Stellman en el estudio American Cancer Society con 78694 mujeres que fueron seguidas de forma prospectiva sin ninguna condición preexistente, encontrando tan solo un año después mayor ganancia de peso entre las consumidoras de edulcorantes. Lo mismo se ha hallado con la sacarina en el Nurses Health Study (Colditz 1990). Blum 2005 observa lo mismo en un estudio sobre 164 niños a pesar de una disminución en el total calórico.
Fowler este mismo año presentó en las Jornadas Científicas anuales de la Asociación Americana de Diabetes un estudio realizado en 474 participantes seguidos durante 10 años de forma prospectiva. Encontró que los refrescos light estaban asociados con una mayor circunferencia de la barriga (178% mayor), y aquellos que consumieron más de dos refrescos light al día mostraron un aumento del 500%. Este estudio de Fowler apoya un anterior estudio (Baltimore Longitudinal Study of Aging) presentado en la Convención Anual de la Sociedad Endocrina en 2009. Los consumidores de edulcorantes, a igualdad calórica en la dieta, tienen mayor índice de masa corporal que los no consumidores.
Además los estudios intervencionales van por la misma línea: los edulcorantes no ayudan a perder peso (Mattes 2009), y el índice de masa corporal no decrece al sustituir durante 25 semanas bebidas azucaradas por bebidas edulcoradas en adolescentes con sobrepeso, excepto en aquellos más obesos (Ebbeling 2006). Otro estudio controlado interesante, esta vez en ratas, fue el de Sweathers en Purdue. Administraron a un grupo de ratas yogurt con sacarina o yogurt con glucosa, en dos fases de forma cruzada. Las ratas que menos engordaron de todas las combinaciones resultantes fueron las que ingirieron yogurt con glucosa en la fase I y yogurt con glucosa en la fase II.
En base a qué estudios entonces se permiten afirmaciones fradulentas tipo “lightâ€, “dietâ€, etc? Más sobre edulcorantes, azúcares y sus efectos metabólicos en: