Terapias alternativas para prevenir y combatir el resfriado y la gripe y fortalecer el sistema inmune.

by Fisio | 20/12/2011 20:56

Se acusa a menudo a muchas terapias alternativas y suplementos nutricionales de ser placebos, lo que a menudo es cierto, pero no es menos cierto que la medicina, detrás de esa apariencia de seriedad e investigación científica, lidera el ranking de placebos y tratamientos engañosos. Citaría fármacos como los antidepresivos como paradigma del efecto placebo en medicina.

Estamos profundamente influidos por el significado cultural y por el contexto biomédico de la salud. La simple exposición a sus manifestaciones estéticas, independientemente de su efecto biológico, tiene efectos terapéuticos. Mientras más medicalizado, científico e invasivo sea el contexto, mayor respuesta placebo. En estudios administrando placebos sin actividad farmacológica, se ha demostrado que tomar una pastilla grande es más efectivo que tomar una pastilla pequeña. Tomar varias pastillas es más efectivo que tomar solo una. Tomar una pildora es más efectivo que tomar una pastilla y a su vez una inyección es más efectiva que una pastilla. Un fármaco con un precio marcado de 1,50 es más efectivo que el mismo fármaco marcando 0,10. Una pastilla en su caja de colores es más efectiva que la misma pastilla en una caja sin marca, y si se administra un analgésico sin decírselo al paciente, éste mejora menos que si le decimos que le vamos a administrar un analgésico (1[1],2[2],3[3],4[4],5[5],6)[6]. Imaginad el impacto psicológico de una intervención compuesta de: resonancia magnética, anestesia, médicos especialistas, instrumental quirúrgico, hospitalización, postoperatorio, etc.

En un estudio divertido que fue televisado, la Profesora Reagan en la BBC comparó los efectos de analgésicos de marca y los efectos de analgésicos genéricos (mismo principio activo, y mismas dosis) de forma cruzada. Lo divertido es que en realidad los genéricos eran exactamente los mismos analgésicos de marca. Posteriormente se los administró a jugadores de un equipo de rugby antes de pasar un test de dolor (sumergir sus manos en hielo el tiempo que aguantaran). El resultado: cuando tomaron fármacos de marca, sabiendo que eran de marca, los jugadores aguantaban el doble de tiempo con sus manos sumergidas en hielo que cuando creían que les estaban dando un genérico, (cuando el realidad era el mismo fármaco de marca pero en un bote marrón con una etiqueta blanca impresa). Así que, cuando escucho a un médico, o a algún científista o aficionado a la divulgación científica acusar de ingenua a otra por tomar algún suplemento o buscar alguna terapia complementaria… habría que ver quién es más ingénuo.

Alimentos y suplementos contra el resfriado:

El resfriado común es una enfermedad infecciosa del sistema respiratorio superior, causada por rinovirus y coronavirus principalmente. La gripe por su parte es causada por orthomixovirus (Influenza tipo H1N1, etc) y tiene síntomas parecidos a los del resfriado común, aunque pueden ser diversos y de mayor gravedad. El resto de enfermedades de sistema respiratorio superior, se pueden deber a distintos patógenos. Existen varios mecanismos por los cuales la alimentación puede ayudar a prevenir y combatir estas enfermedades. Algunas fracciones protéicas de los lácteos pueden fortalecer el sistema inmune, mientras que algunos polifenoles son capaces de adherirse a la hemaglutinina de los virus inactivándolos y combatiéndolos efectivamente. Otro mecanismo nutricional que actúa contra los síntomas de las vías altas es el efecto antiinflamatorio de algunos nutrientes, modulando la cascada de citoquinas. Además de favorecer un alivio sintomático similar o superior a muchos fármacos comunmente recetados, muchos suplementos interfieren directamente con los mecanismos de replicación de los virus y fortalecen el sistema inmune, por lo que son capaces de prevenir el resfriado y son por tanto muy superiores a los fármacos tradicionales que sólo alivian los síntomas una vez instaurada la enfermedad. Pueden ser por tanto estrategias más completas y eficaces que la farmacología común que inunda el mercado.

Lácteos, proteína de suero procesada en frío y calostro bovino: las fracciones protéicas inmunomoduladoras.

Con el procesamiento térmico de los lácteos se destruye el plegamiento de las proteínas (desnaturalización protéica) y con ello su valor biológico y su potencial sobre el sistema inmunológico. Varias de estas fracciones protéicas que se han perdido en la alimentación han demostrado fortalecer el sistema inmune y combatir infecciones y el cáncer (Parodi 2007 y otros). Existe mayor desnaturalización mientras mayor procesamiento térmico o químico (alteraciones de ph) se lleve a cabo. La leche cruda o el yogurt tienen además bacterias beneficiosas (lactobacilos), vitaminas, enzimas y ácidos grasos. El procesamiento industrial de la leche comercial destruye todos estos elementos, quedando un alimento degradado de bajo perfil biológico y nutricional, además repleto de residuos de antibióticos, pesticidas, y con ínfimos valores de ácidos grasos Omega 3 y CLA por el bajo perfil nutricional de los alimentos de los rumiantes.

El efecto sobre el sistema inmune se ha atribuido a fracciones protéicas que se pierden con el procesamiento industrial: albúmina sérica bovina y alfa lacto albúminas. La lactoferrina es otra fracción protéica altamente interesante. Está presente en la leche materna, y se encuentra en concentraciones 15-30 veces superiores que en la leche de vaca. Fortalece la función inmune innata y adaptativa (Mulder), y modula la respuesta inflamatoria (Legrand 2005) y oxidativa (Actor 2009). Es capaz de prevenir sepsis (Pammi 2011), tiene actividad antimicrobiana, bactericida Gram+ y Gram-, antivírica, antimicótica y antitumoral (Mcintosh). Un estudio publicado en JAMA en 2009 indica que en neonatos con bajo peso, su administración reduce el riesgo de sepsis, que afecta al 20%. Con una suplementación de lactoferrina bovina, se redujo la incidencia hasta el 6%. Esta fracción protéica también se pierde con el procesamiento térmico de los lácteos. De Vrese 2006 estudió los lactobacilos y bífidobacterias (probióticos) que se pierden en el tratamiento industrial de la leche. En un estudio controlado con placebo, aquellos que tomaron probiótios redujeron casi un 25% los días de sintomatología de los procesos catarrales, siendo 9 días la media de aquellos que tomaron un placebo, y de 7 el grupo que tomó probióticos.

Además de las fracciones protéicas beneficiosas, los lácteos ecológicos alimentados con pastos y con toda su grasa beneficiosa derivada de un perfil nutricional adecuado de los rumiantes, tienen ácido linoléico conjugado, que tiene efectos antiinflamatorios e inmunomoduladores, incrementando el nivel de inmunoglobinas igA e igM y disminuyendo igE (Song 2005). Incluso tiene un efecto antiinflamatorio disminuyendo la tos y la irritación de garganta en un modelo experimental con Rhinovirus, aunque no se ha estudiado con suficiente consistencia (Peterson 2009), por lo que se deberá confirmar o refutar en futuros estudios. Para devolver a nuestra alimentación fracciones protéicas que se pierden con la pasteurización, hay dos buenas opciones: suplementos de calostro bovino en polvo y proteína de suero procesada en frío.

Un estudio llevado a cabo por el Departamente de Ciencias Biomédicas de la Universidad G´Danuncio en Italia, llevó a la Dra Cesarone y su equipo formado por 14 especialistas a comparar la eficacia de la vacuna contra la gripe con la de un suplemento de calostro bovino administrado por vía oral durante dos meses. Para ello estudiaron a un grupo de personas sanas y posteriormente, hicieron lo mismo con un grupo de 65 personas con alto riesgo cardiovascular. Posteriormente realizaron un seguimiento durante 3 meses analizando los días de enfermedad de las personas que recibieron calostro y las que solo recibieron la vacuna. Las personas que se suplementaron con colostro tuvieron 3 veces menos episodios de gripe que las personas que no fueron suplementadas y recibieron solo la vacuna, tanto en las personas sanas como en el grupo de alto riesgo cardiovascular. Los autores concluyen “El calostro es al menos 3 veces más efectivo que las vacunas para prevenir la gripe, y tiene una gran relación precio efectividad”. También se ha demostrado que reduce las infecciones de tracto respiratorio alto (Binrkworth 2003, Crooks 2010), modulando las inmunoglobulinas.

La proteína de suero procesada en frío con todas sus fracciones protéicas intactas, en general disminuye el azúcar sanguíneo y la insulinemia basal, efecto mediado por modulación de las incretinas (Graf 2009), eleva los niveles de glutatión, ofrece potencial anticancerígeno (Bounous 2000) y mejora el sistema inmune y el perfil bioquímico de pacientes inmunocomprometidos con HIV (Micke 2001). La mejor opción es de procedencia orgánica, sin edulcorantes añadidos y con sabores naturales orgánicos (chocolate, etc). En Amazon hay una buena variedad (busca “organic whey”).

Fitoquímicos de polifenoles de frutas y plantas.

Los polifenoles pueden, además de aliviar la sintomatología, interferir directamente con los mecanismos de replicación de los virus. Roschek 2009 investigó los efectos antivíricos en Influenza H1N1 de los polifenoles de la Baya del Sauco in vitro y encontró una eficacia similar al Tamiflu y al Amantadine. Lo mismo se ha hallado con la Jara Gris (Cistus Incanus) según reporta Ehrhardt 2007 en sus estudios in vitro, y con el Té Verde in vitro e in vivo (Matsumoto 2011, Rowe 2007 y otros). Puedes leer un pequeño artículo de Muscleblog sobre el Té Verde: El té verde es más eficaz que las vacunas para prevenir la gripe[7]. La epigalocatequina galato del té verde, así como la teanina potencian el sistema inmune vía activación linfocítica T Gamma Delta (Bukowsky 2006, Rowe 2007), potencia los efectos de todos los antibióticos en casi todas las circunstancias y tiene un marcado efecto bactericida, siendo capaz de eliminar bacterias que incluso son resistentes a los antibióticos (Kassem 2011). También es un eficaz agente antivírico, inhibiendo la replicación del VIH (Gianfranco 2002) y del virus influenza (Matsumoto, Rowe et al).

Roll 2011 investigó en sanitarios de un hospital un concentrado de polifenoles de fruta llamado Juiceplus+ (manzanas, naranjas, piñas, melocotones, arándanos, papayas, acerolas, dátiles y ciruelas) que consumieron durante 8 meses. Encontró una reducción del 20% en la sintomatología que presentaban estos trabajadores. Liu 2008 estudió 25 flavonoides destacando su igualmente su actividad antivírica. Heinz 2010 estudió la administración de 1000 mg de quercetina durante 12 semanas, sin encontrar efectos en la incidencia, duración o severidad de los síntomas de resfriado. Hunter, Skinner et al 2011 con 4 piezas de kiwi de la variedad “golden” en personas mayores de 65 años reportan una disminución en la severidad y duración de los síntomas de infecciones de tracto respiratorio alto, respecto a un grupo que consumió plátanos. Lissiman 2009 realizó una revisión sobre los efectos del concentrado de ajo para Cochrane donde encontró sólo un estudio (180 mg alicina) con buena calidad en 146 personas durante 3 meses. Entre aquellos que tomaron ajo en polvo, hubo 24 resfriados. En el grupo que tomó un placebo, hubo casi el triple de resfriados: 65.

Por qué ese empeño en investigar sustancias de síntesis cuando muchos compuestos que llevan miles de años desarrollándose evolutivamente con una eficiencia extraordinaria como mecanismos defensivos de las plantas, que no pueden moverse y por lo tanto desarrollan estas armas químicas contra predadores, parásitos o patógenos?

Suplementos herbales: Echinacea, Ginseng Americano y Própolis

Una revisión de Schoop 2006 encuentra efectividad en la suplementación con extracto estandarizado de Echinacea para prevenir el resfriado inducido por rhinovirus. Goel 2004 en un ensayo clínico encuentra además alivio de los síntomas respecto a placebo. Linde 2006 en su revisión para Cochrane ve una gran heterogeneidad metodológica, pero en general describe eficacia significativa, aunque requiere ensayos de mejor calidad metodológica. Este posible beneficio no ha sido suficientemente probado en población pediátrica (Le Tourneau 2004).

El própolis posee propiedades antiviricas y antibacterianas (Drago 2007). Shimizu 2008 evaluó 13 extractos de própolis, de los cuales sólo 4 mostraron actividad contra el virus de la influenza. Éste es el principal problema de de los suplementos herbales, cuya composición de nutrientes y componentes bioactivos depende de la zona, del cultivo, de la variedad, de la época del año, etc,  por lo que se necesita siempre investigar con extractos estandarizados. Posteriormente en ratones, estos 4 extractos demostraron una mejoría sintomática, y mejoría en los fluidos broncoalveolares. McElhanei 2006 evaluó el Ginseng Americano (Panax Quinquefolium), en un compuesto llamado COLD-fx, encontrando una reducción de los síntomas y una reducción del riesgo de contraer resfriado de un 50%. Lo mismo encontró Predy 2005, en cuanto al número de resfriados reportados y la severidad de los síntomas.

Miel: más efectiva que el jarabe contra la tos

Shadkam 2010 realizó un ensayo clínico en su Departamento de Pediatría en 139 niños de entre 2 y 5 años de edad, con infecciones de tracto respiratorio alto. Tras una intervención de 24 horas, examinó la frecuencia y severidad de la tos, y la calidad del sueño. Con una cucharadita de 2.5ml de miel se encontró un efecto superior al del dextrometorfano y la difenhidramina de las fórmulas más extendidas de jarabes para la tos.

El 75% de la miel que se vende en los supermercados de Estados Unidos no es miel[8]. Tenemos un problema enorme con la comida que ingerimos: no sabemos lo que estamos comiendo. Y luego los médicos se preguntan que de dónde viene tanta diabetes, tanto cáncer y tanto ataque al corazón. La leche no es leche, la miel no es miel, el pescado está hasta arriba de mercurio… y esperábamos que toda esta degradación sea gratuita? Mejor compra miel cruda ecológica.

Aceite de hígado de bacalao

El aceite de hígado de bacalao es una buena fuente de ácidos grasos Omega 3 EPA y DHA antiinflamatorios, y de vitaminas liposolubles A y D. En un ensayo clínico de Linday 2004 y 2010, este investigador examinó el número de visitas pediátricas por enfermedades infecciosas de sistema respiratorio superior durante el invierno y la primavera. El grupo que tomaba aceite de hígado de bacalao presentó entre un 35 y un 60% menos de visitas debidas a infecciones respiratorias. Este autor encontró lo mismo en casos de sinusitis (Linday 2004).

El pescado está alarmantemente contaminado con PCBs, dioxinas, furanos, arsénico, cadmio, plomo y mercurio (eso cuando no tenga restos nucleares) y todos estos metales pesados tienden a depositarse en ambientes lipofílicos. Por lo tanto asegúrate de que el aceite de hígado de bacalao esté molecularmente destilado. En Iherb tienen una buena variedad.

Vitaminas y minerales: Vitamina C y D, Zinc, Magnesio y Selenio.

A pesar de su popularidad, la vitamina C no previene el resfriado ni tiene un gran efecto sobre su sintomatología, aunque puede reducir modestamente la duración del resfriado algo más de un 10% Vitamina C: previene el resfriado? | Muscleblog

Respecto a la vitamina D, hay una asociación entre su deficiencia y la incidencia de infecciones de tracto respiratorio, y de prevención de infecciones con su suplementación. Laaksi 2010 y 2011 proponen que el invierno, por la falta de exposición al sol, es una época de deficiencia de vitamina D que regula a la baja la expresión de péptidos antimicrobianos en el epitelio del tracto respiratorio. Estudios de laboratorio han demostrado la capacidad de la radiación UV para bloquear patógenos virales, incluido el virus de la influenza (7[9],8[10],9[11]). En ensayos clínicos se ha logrado prevenir el resfriado con suplementos de vitamina D en niños (10[12]). Lo mismo se ha documentado en un ensayo clínico en mujeres post menopáusicas de raza negra (11[13]). También el estatus de vitamina D predice el riesgo de neumonía y tuberculosis (12[14],13[15],14[16]). Por otro lado se ha demostrado que la vitamina D inhibe la replicación del VIH (15[17]).

Veverka 2009 estudió la relación de un suplemento de zinc que cubriera el 100% de la CDR de este mineral. Los casos diagnosticados fueron los mismos con suplemento o sin él, pero las personas que tomaron este suplemento presentaron más enfermedades libres de sintomatología.

Respecto al selenio, existe un estudio en ratones a los que se inoculó influenza y a los que se suplementó con selenio. El grupo que recibió selenio presentó una mortalidad del 25%. El grupo que no fue suplementado con selenio, y que presentaba una deficiencia de este mineral, tuvo una mortalidad del 75% (Yu 2011)

N-Acetil-Cisteína (NAC)

De Flora 1997 realizó un ensayo clínico controlado con NAC, y encontró que el 25% de los sujetos que fueron infectados con el virus desarrollaron síntomas en el grupo suplementado, mientras que en el grupo placebo la sintomatología en los individuos infectados se elevó al 80%. Geiler 2010 en un modelo experimental con H5N1 encontró que el NAC inhibe la replicación de este virus.

Conclusión:

El gran problema por resolver es evaluar científicamente estas terapias alternativas. Esto se está haciendo, pero no reciben apenas financiación porque el resultado de estas investigaciones no son sustancias químicas patentables cuyas ventas monopolizar mundialmente durante años, y encima si se demuestran efectivas, hacen competencia al monopolio farmacológico actual. Por lo tanto el problema es que no interesa.

El otro gran tema por solucionar es que las terapias alternativas están a menudo en manos demasiado “heterogéneas”, sin una regulación profesional, y con el resultado de gente pintoresca pasando “consulta”, escribiendo libros y escribiendo en blogs que no son precisamente el mejor ejemplo. Esta situación de desprofesionalización e infracualificación genera desconfianza en estas terapias y en los “terapeutas”. Todo esto finalmente deriva en una forma de pensar en la sociedad conocida como falacia ecológica.

Además de favorecer un alivio sintomático similar o superior a muchos fármacos, muchos suplementos interfieren directamente con los mecanismos de replicación de los virus y fortalecen el sistema inmune, por lo que son capaces de prevenir el resfriado y son por tanto muy superiores a los fármacos tradicionales que sólo actúan a nivel sintomático. Por qué la medicina recomienda y prescribe fármacos sintomáticos a base de paracetamol y vitamina C cuando existen estrategias mucho más potentes y completas?

Durante todo el año: Toma siempre lácteos ecológicos no UHT (el lácteo más saludable es sin duda el yogurt). Un suplemento de proteína de suero orgánica sin aditivos y procesada en frío es la mejor manera de tomar fracciones protéicas que fortalecen el sistema inmune y que se han perdido con el procesamiento industrial de los lácteos como la lactoferrina. En invierno junto con el yogurt compra el calostro de la marca Symbiotics.

En época de riesgo: Hazte con una buena caja de té verde (mejor orgánico, estamos hablando de un precio aproximado de 2 euros), libre de pesticidas. Puedes endulzarlo con miel cruda o ecológica. Tómate unos kiwis a diario de la variedad Gold y acuérdate de la capacidad antivírica, antimicrobiana y bactericida del ajo (en polvo y fresco). El aceite de hígado de bacalao es un buen aliado para tu salud en general, y para reducir los síntomas del resfriado en particular. Además es una buena fuente de vitamina D, cuya deficiencia se asocia a una mayor susceptibilidad a las infecciones.

En cuanto notes los primeros síntomas de resfriado, además de lo anterior, aumenta el consumo de té hasta 4 tazas al día. Puedes añadir una cápsula de te verde en forma de suplemento. El NAC no es un suplemento caro y parece ser muy efectivo, elevando los niveles de glutatión celular, inhibiendo la capacidad de replicación de los virus y disminuyendo la sintomatología. La miel puede ser más efectiva y barata contra la tos y la irritación de garganta que los ingredientes de los jarabes que dominan el mercado mundial. Puedes añadir un suplemento de polifenoles, y un suplemento herbal como echinacea, propolis o ginseng americano (Bioflu de Biotivia tiene Ginseng Americano y Baya de Sauco, dos ingredientes investigados y eficaces). Minerales como el Zinc, Magnesio y Selenio también son una opción para mantener a tope nuestro sistema inmune en invierno.

La vitamina C en contra del pensamiento popular y de lo extendido de su suplementación, en dosis comunes no previene el resfriado, aunque puede reducir algo su duración (un 10%). De todos modos, con unos kiwis gold al día nos aseguramos suficiente cantidad junto con una buena dosis de otros fitoquímicos que han demostrado mejorar la sintomatología. El resto de suplementos suelen tener un buen precio en internet, en algunos distribuidores nacionales, o bien vía amazon.com o iherb.

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Endnotes:
  1. 1: http://link.springer.com/article/10.1007%2Fs004150050560
  2. 2: http://www.jstor.org/discover/10.2307/29501979?uid=3737952&uid=2129&uid=2&uid=70&uid=4&sid=21101719773687
  3. 3: http://jama.jamanetwork.com/article.aspx?articleid=181562#qundefined
  4. 4: http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1046/j.1365-2125.1999.00094.x/abstract;jsessionid=941E6ECAC62A80FE7A81AF1C40CAD8F1.d02t01
  5. 5: http://www.amsciepub.com/doi/abs/10.2466/pr0.1981.49.3.955
  6. 6): http://jama.jamanetwork.com/article.aspx?articleid=330874#qundefined
  7. El té verde es más eficaz que las vacunas para prevenir la gripe: https://muscleblog.es/2011/11/un-estudio-cientifico-demuestra-que-el-te-verde-es-mas-eficaz-que-las-vacunas-para-prevenir-la-gripe/
  8. no es miel: http://www.foodsafetynews.com/2011/11/tests-show-most-store-honey-isnt-honey/
  9. 7: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/16560850
  10. 8: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/14215971
  11. 9: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2870528/
  12. 10: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/20219962
  13. 11: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2870688/
  14. 12: http://www.uef.fi/en/-/matala-d-vitamiinitaso-altistaa-keuhkokuumeelle?redirect=http%3A%2F%2Fwww.uef.fi%2Fen%2Fhome%3Fp_p_id%3D101_INSTANCE_6Zu5%26p_p_lifecycle%3D0%26p_p_state%3Dnormal%26p_p_mode%3Dview%26p_p_col_id%3Dcolumn-2%26p_p_col_pos%3D1%26p_p_col
  15. 13: http://journals.lww.com/amjmedsci/pages/articleviewer.aspx?year=2011&issue=06000&article=00015&type=abstract
  16. 14: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/18245055
  17. 15: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/21852710

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