En la Universidad de Shizuoka en Japón (Matsumoto et al 2011) han realizado un interesante ensayo clínico, aleatorio, a doble ciego y controlado con placebo, con 200 trabajadores sanitarios, a los que les administraron un suplemento de té verde (378mg catequinas y 210 mg teanina).
Los resultados estudiados fueron la incidencia de gripe clínicamente definida según la sintomatología, y gripe confirmada en laboratorio de origen vírico (Influenza). Las catequinas y teanina del té verde lograron una reducción del 75% de gripes clínicamente diagnosticadas, cifra que se elevó hasta más del 80% cuando la gripe era confirmada en laboratorio. Este estudio viene a confirmar los hallazgos de otro estudio prospectivo en la misma universidad (Yamada 2006) y muestran que el té verde es muy efectivo para prevenir la gripe.
Aunque se necesitan más estudios que aporten una mayor solidez estadística, el té verde es incluso más eficaz que las vacunas, según los datos que se pueden desprender de una revisión sistemática publicada en Lancet
Las catequinas tienen actividad antivírica, enlazándose con las hemaglutininas de los virus impidiendo su unión con células huésped. La epigalocatequina galato (EGCG) presente en el té verde parece la principal responsable de esta acción. Se ha hallado eficacia antigripal en personas mayores con enjuagues bucales y gárgaras de extractos de té verde (Yamada 2006).
Las infusiones son mejor opción que un extracto de té verde, ya que éstos son tratados con compuestos hidroalcohólicos que pueden ser agresivos para el hígado, y la cantidad de catequinas de un suplemento son fácilmente alcanzables con 3 o 4 tazas de té al día (o un par de tazas bien cargadas). Otra opción es tomar media dosis en forma de suplemento de té verde durante los meses de invierno (200mg) junto con un par de tazas de té. La teanina por su parte es mejor tomarla en forma de suplemento, ya que se necesitan unas 20 tazas al día para alcanzar la dosis del estudio de Shizuoka (200 mg).